Tengo deseos de ti, deseos hondos y profundos. Deseos urgentes. Deseos que, en teoría, no deberían albergar las mujeres «decentes», tengo aquellos deseos vedados para gente pura.
Desde ahora te lo advierto, no me des entrada. Si me dejas sólo un filo de carne abierta penetraré en tus huesos como un cáncer y desde dentro labraré un camino de tierra, de esos que sirven para plantar las casas.
Hoy tengo unos impostergables deseos de besarte… lamentablemente, sé que no es el día.
¡Muy bueno!
A ver, urgente dices, yo advierto que en cruzar el océano a nado lleva su tiempo, pero es que tiene que ser a nado, la recompensa merece bien el esfuerzo 😀
lo espero señor D… pero apúrese que me busco otros pies!!
Ya estoy por las Azores, he cenado un tiburón 😀
cuidado no me se indigeste
que lindo la verdad
Pues no te contengas Mar, que eso tiene efectos colaterales. Ve y pártele la boca de un beso. Para que aprenda.
Wao… la segunda oración está genial… me gusta eso de partir bocas con besos. 🙂
A mí también, lo q no me gusta es cuando me parten la boca a mí 😉 Aunque, a decir verdad, realmente como que me gusta un poco el recordar el pq del molestar labial. 🙂
Sin duda. Es un buen hábito.
Uff!!! Impresionante, no creo que exista un día en que alguien pueda resistirse a este post….
seguro?
Claro!!!!!
;(
Me encantan esos deseos. Quisiera pensar en hermosos desenfrenos…
En esos momento no se piensa, no existe gente pura ni «decente», sino en necesidad espiritual y pasión efervescente…