“La vida me gustaba más con humo… he dejado de toser, de expectorar, mi hipertensión ha disminuido y la isquemia cardiaca que padecía ha desaparecido. En cambio, me siento mucho más sola”
Cristina Peri Rossi
Llevo un tiempo sin fumar, quizás 2 o 3 meses. No cuento los días porque las estadísticas están sobrevaloradas.
¿Lo peor? La soledad. Me siento como invitada a una fiesta en la que no conozco a nadie. Voy a los lugares y, cuando quiero apartarme del mundo (antes el cigarro me acompañaba), las manos no saben qué hacer con tanto espacio libre. Porque digan lo que digan, en una cartera de mano no cabe un libro, pero sí una caja de cigarros. Y seamos sinceros, sacar el teléfono y ponerse a leer es de nerds… pero fumar un cigarro (uno de esos largos y blancos cigarros) da glamour.
Richard Klein decía que:
“Sostenido delicadamente entre dos dedos, o cuando sale de su paquete tras un ofrecimiento, el cigarillo puede transmitir mundos de significado que nignuna tesis sería capaz de desentrañar y cuya evocación requiere ejércitos de novelistas, cineastas, letristas y poetas”
Y un decir francés es “Qui fume, prie”… o lo que es lo mismo: El que fuma, reza.
Después de tantos años coquetando con el vicio, una promesa me exigió dejarlo (nada de santos… regalo a una niña).
Ahora ya no soy parte de la banda. Agustín Lara, Tony Bennet, Frank Sinatra, Joaquín Sabina, Kurt Cobain, Tom Waits, Roger Waters, David Bowie, Lennon y Miles Davis estarían decepcionados de mí.
Bienvenida al club de fumadores en excedencia. A mí me pasa como a ti, lo echo de menos. Además, ¿qué escritor no fuma?
En mi caso las únicas herramientas que necesito para sobrevivir son papel, tabaco, comida y algo de whisky…
#William Faulkner.
Debo ser la reencarnación de William.
yo soy su versión femenina 😉
¿Por qué nos han separado al nacer?
Eso me lo pregunto todos los días 😉
El famoso Cory Doctorow nos cuenta en una entrevista: Mi hipnoterapeuta dice que para dejar de fumar a los treinta años se necesita una mejor razón que los beneficios de salud, porque saber que no vas a morir en cuarenta años no es una razón que se sostenga. Pensé en ello y me di cuenta que no hay cosa que deteste más que la ciencia basura. Y precisamente las compañías de tabaco inventaron la ciencia basura. Concluí que toda la charlatanería científica -como la cientología, el creacionismo, etc.- tiene sus raíces en tácticas inventadas por estas compañías, ¡cuya misión en la vida es matarme! Y eso fue lo que funcionó para mi.
No me gusta el olor del humo, nunca he fumado.
Los vicios son así, o se aman o se odian. Su salud le agradece lo segundo 🙂
🙂 aunque siempre me pregunto si solo se puede tener un solo vicio importante o si varios, o si el mas dañino es mas importante que el que uno practica mas frecuentemente
Yo los tengo casi todos así que no creo que eso sea importante. Lo que hay que hacer es disfrutarlos 😉
Vecina, coincido en que el cigarro acompaña (increíble que parezca, fumo desde hace… 20 años!! Me estoy poniendo viejo). Pero no coincido en el glamour, dientos amarillos, uñas también (sobre todo si tienes la “sana” costumbre de enrolarte tu propio tabaco), mal aliento, piel apergaminá… en fin. Con estilo, te lo concedo, se puede ser un cadáver estiloso, jajajaja. Pero no coincido en que sea glamour…
bueno… cambiemos glamour por estilo entonces 😉
Fumar no es sólo inhalar y expulsar humo. No se hace por adaptación social, ni tampoco por soledad.
Fumar, es un arte. El humo es misterio. Pura sensualidad en forma de caladas.
Aún así, admiro tu decisión.
Creo que al final sólo es una cuestión de ser o no ser. Para mi es una perversión prohibida. Libertad en cajetillas coloridas.
Amén 🙂
Aunque sigo siendo fumadora por las mismas razones que ahora lo extrañas, es deber decir que ya no hay glamour en fumar, es muy 90’s. El tabaco ya pasó de moda
Shhhhh, no se lo digas a nadie!! que luego si recaigo no tendré excusa 🙂