La estatua de la República de Cuba, la majestuosa escultura de bronce laminado en oro de 22 kilates, que mide alrededor de 17 metros (incluyendo su base de mármol ónix antiguo egipcio), anda en estos días rodeada de constructores. Sus esquinas se quebraron al enterarse, por boca de unos transeúntes, que el Buda de Oro de Nava (en Japón) y el Memorial Lincoln (en Washington), la superan en estatura.
Por vanidosa

Todos son geniales pero tus post con referencias geográficas me fascinan, y este me gusta cantidá ! Menos mal que la dama de la historia no conocia de cierto redentor en Río o cierto antiguo coloso en Rodas !
shhhhhhhhhhhh niño, que si se entera es capaz de desbaratarse!!
¡Ah, vanidad! Tu nombre es mujer… (Ay, perdón por el chiste machista).
Seguramente tú sabes, Mar, que una gran parte de los argentinos sentimos un profundo y sincero cariño por Cuba; uno de ellos es quien esto escribe.
La estatua de Lincoln no me preocupa demasiado. La de Buda –todas ellas– me provocan un profundo sentimiento de paz, de tranquilidad, y estoy seguro de que al gordito no le interesa mucho el tamaño en cuestión. Ahora, una estatua de la República… bueno, éstas suelen medir más (o a veces, y a pesar de ellas, menos), de lo que la cinta métrica suele marcar.
Cariños.
No sé calcular bien el tamaño de las estatuas querido Borgeano, pero segura estoy de que su tamaño rompería medidas. Sobre todo si lo miden por dentro.
¡Bravo Mar! ¡A eso me refería! Enorme y eterna, como debería ser y como, de hecho, es.
Sugerente post y, como dice Javier, menos mal que la República no se enteró de un cierto Cristo brasileño…
la pobre se pondría tristísima… a ella le encanta hacerse la grande.
un poco complejista la estatua, gracias por usar las fotos