Los claveles son mis flores porque antes eran las de ella. Y los frichuelos, y los batidos de chocolate. También los cuentos, los escondites, las poesías, y aquella muñeca (de porcelana) que yo no tocaba porque se rompía.
Las flores blancas que eran de ella ahora son rojas, pero son mías. Y sus memorias de tiempos viejos, de casas grandes, licorerías, estoy segura que se mudaron de su cabeza para la mía. Ella está en mi como está en el aire, con sus vestidos de muselina, y deja besos sobre mi almohada y esculpe abrazos con plastilina.
Es la mujer más linda que hay en el cielo, y si en las nubes hay arcoiris, estoy segura que ella los pinta.
Es un poema, estoy segura. 🙂
Es un poema… sí… pero ella le llamaba prosa poética 🙂
Hermoso y bien sentido, prosa o poema, igual llega.
Gracias querido yo 🙂 si la hubieses conocido pensarías igual que yo.
Más allá de las etiquetas, primero el valor intrínseco de las palabras, de lo que expresan. Alguna vez preguntaste si te recordarían cuando ya no estuvieses aquí; ¿No serían estas palabras una hermosa respuesta a aquella pregunta tuya?
Cariños.
puede ser Borgeano… en todo caso sería su respuesta.
Quien tuviera un ángel como ese….
yo comparto los recuerdos.
Gracias por hacernos parte de algo tan bello.
Logo querido… no sabes cuanto me hubiese gustado presentársela al mundo entero.
Hoy dibujará un arco iris para agradecer esto 🙂
A tus pies querida niña.
Yo que la conoci tambien puedo decir que el poema y la poesia entera era ella , bien por ti mi bebe
gracias amor… no pudiste decir una verdad más grande… ella era poesía. No sabes cuánto la extraño.
Mar, cuando veo estos textos entiendo por qué no necesitas imágenes. ¿Qué mejor color que tus letras?
las imágenes están sobrevaloradas.. pero tú con ellas haces magia. Gracias por llegarte.
Una vez más de vuelta por tu blog y de nuevo la sensación de algo divino llega a mí cuando te leo…
Michel… la sensación divina me la dejan a mi tus comentarios. Gracias por el regreso.